
A cada uno lo suyo
Al atardecer, «a la fresca», después de un caluroso día de verano en el que sube el aire del mar, pasear por el paseo marítimo es una institución. Algunos prefieren hacerlo por la mañana, con las primeras luces, cuando el pueblo aún duerme; otros disfrutarán del bullicio de los patinetes y las bicicletas de los niños a media tarde.